No tengo pájaros en la cabeza ni ná.
Todos mis sueños
penden de un hilo fino o imaginario.
Mi proyecto de granja, una pobre cerda que
resiste en su kiosco esperando que se haga realidad el Barco de Pocagua.
Mi sueño
de empresa sigue caminando pero lento, un puñado de puzzles cubistas lo
mantienen vivo y un aprendiz en el que confío mucho.
Mi sueño de hablar por escrito y que me escuchen en todas
partes del mundo, sigue en marcha también, pero muy débil, necesito motivación
y compañía en ese sueño.
La verdadera realidad no es mala, soy muy feliz. No me falta
de nada. Pero la navidad es fea, te recuerda lo sola que estás en realidad. Se van
mis hijos, se va mi madre, se van mis amigos y ¿quién queda? Mis gatos y
Vacarisa.
No pretendo dar pena, porque para nada llevo una vida
penosa, solo bajarme hoy un poquito los humos, que últimamente me doy muchos
aires de grandeza.
LVM
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario