viernes, 19 de diciembre de 2014

HISTORIAS PERENTORIAS

Hoy me dijeron que siempre busco historias de amor perentorias en mi vida. Que se terminen, vamos. Historias difíciles para que no se puedan extender en el tiempo. Quizás lo haga a propósito, aunque yo creo que es sin querer, que me dejo llevar y al final, llega el final.

¿Os imagináis toda la vida viendo la misma película?  El mismo libro, que luego te den otro tomo, y otro, y otro, y sepas que nunca tendrá un final.

¿Qué tiene eso de bueno?

Hace unos meses no hubiera dicho esto, porque vivía una historia de amor preciosa, que pensaba que sería eterna, pero al final, fue perentoria también.

Hoy, lo siento. Que mis futuros maridos lo sepan de antemano, yo quiero historias sencillas, ¿importa la distancia? No, para lo que va a durar. ¿Importa la afinidad? No si es por poco tiempo ¿Importa la economía? Nada. ¿Importa el futuro? No, si no le va a dar tiempo a llegar. 

Mientras tanto vienen nuevas historias de amor a mi vida,  tengo que terminar un montón de cosas y empezar otras tantas. Por riguroso orden de llegada, sin excepción y siempre bajo el lema del libre albedrío se irán viviendo.

No pienso espera a nadie, ni tener ninguna prisa.

No pienso contar los días que pasen, ni temer el final.

No pienso pensar en el futuro ni en la vejez, ni en sentar la cabeza, ¿para qué? ¿Quién me asegura que durará hasta que muera? 

Será una historia de amor más en mi vida, una, con un bonito final. 

LVM

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