sábado, 27 de diciembre de 2014

EL MÉTODO

Hola, feliz navidad.

He descubierto el secreto de la estabilidad hoy mismo. Imágenes y sonido. En la forma que sea, ellas te hacen no pensar, eso es bueno. No hay ansiedad, no hay estrés, no añoras a nadie, nada ni nadie te importa en esos momentos. Si pierdes a un ser querido por cualquier  circunstancia, pones la tele y te ayuda. ¿Recordáis antiguamente que se apagaba? Para sufrir más, para darle más vueltas a la pérdida.

Ahora lo entiendo.

Tengo un plan para mí: trabajar, los niños, la casa, mi granja, caminar, amigos, pilates, escribir de vez en cuando, seguir aprendiendo música… para el resto del tiempo que me queda que es muy poco, para los momentos raros de soledad, para esos escasos segundos de mi vida, imágenes y sonido, y si puedo leer, que también lo estoy intentado, pues leer un poco para cubrir esos huecos.

No quiero volver a tener a nadie a mi lado. La vida es fantástica así. Me alegro un montón de haberme librado de mi exmarido, he tenido historias preciosísimas después, pero ya no quiero más.

¿Yo que hacía antes?

Tenía un mal marido a mi lado y no me daba cuenta. ¿Por qué? Corrían las horas y al final del día veía un poco la tele y a dormir. Otro día más. Y así veintitrés años.

Otros descubrieron el secreto antes que yo y son muy felices. No necesitan a nadie a su lado y tienen un gran poder. El poder de dominar la situación. Si algo no les gusta se olvidan y se entretienen y el tiempo pasa lento solo para los demás.

Utilizan el método. 

Yo lo utilizaba antes igual: trabajar, mis asociaciones, mis hijos, amigos, ver la tele, fin del asunto.

Estaba sola aunque vivía en matrimonio. ¿Me cuidaba alguien cuando estaba mala? ¿me acompañaba alguien en la cama? Casi nunca, yo me iba a dormir más temprano. La vida se completaba con cosas que te hacían no pensar.

Ayer vi dos pelis, hasta las una y media. Con esto es suficiente para tumbar los días. No necesitas nada, tienes de todo.

Estoy convencida de que si no existieran estas adormideras, la gente discutiría más, también follaría más, se llamaría más, haríamos más visitas, reuniones de amigos, jugarían más los niños en la calle.

Es un ansiolítico genial.

Hoy se fueron mis hijos, el vacío lo solucioné limpiando mucho que falta me hacía y para descansar, una peli. Un momento de debilidad y hablé con unos pocos amigos. Les conté que estaba triste y me compadecieron un poco. Fin del asunto, hasta hoy. Ni ansiedad ni nada de nada.

Convencida, es el método. Convencida.

Este año orientaré mi vida para hacer la que hacía antes. No digo que no se me tuerza y se me cruce alguien y me despiste, pero es mi intención vivir muchas cosas pero con amigos y con mis hijos. Y si me buscan, con no escuchar, ya se aburrirán.

Me ha transformado, me he transformado. Ahora soy más feliz.

Ya no siento dolor, no es la rabia la que habla, de verdad que he vuelto a ser la que era, aunque ahora hago muchas más cosas que antes, a ver de dónde saco el tiempo.

LVM

No hay comentarios:

Publicar un comentario