viernes, 29 de abril de 2011

LUNAS BOCABAJO

Sin censura

 Alfonso | jueves 28 de abril de 2011
Abrimos la persiana de nuevo, colgamos el cartel de abierto y limpiamos las ventanas para dejar entrar los rayos de luna, aunque estén bocabajo. Pocas cosas han cambiado, mi corazón está ocupado, mi cabeza está ocupada, mi cuerpo se preocupa, pero se afana en mejorar.

Por lo demás, sin censuras de ningún tipo. Lengua, jamía, aquí seguimos, a los demás: esto no termina.

1 comentario

Anónimo lenguaviva dijo...
Abrazo puzzle, a terminar que son cuatro mil piezas.
28 de abril de 2011 00:41

 

Conseguí que volviera a abrir su blog por fin, aquel que cerró cuando le dije que solo podíamos ser amigos...

Él dijo (1) http://www.youtube.com/watch?v=zZvocEJYKTA

Cuando le borre de todos mis sitios, pero no de mi memoria...

Él dijo (2) http://www.youtube.com/watch?v=9Mtsdo-kgi4

Así presenta mi chico, un catálogo de arte. Pulso de titanes, nooo, abrazo puzzle entre obreros de las letras. Te quiero. 

Lunas bocabajo

El crítico y el síndrome del gorrión.

Alfonso| martes 1 de marzo de 2011

Entro en la sala y enseguida noto que me viene el primero. Intento contenerme pero sé que es inevitable. Primer orgasmo, mancho mis calzoncillos pero afortunadamente no se me nota en los pantalones.
Me acerco rápidamente al primer cuadro, a ver qué ha hecho el tío este… joder, no, no puede ser. Noto que me viene otra vez, ¡pero si es una mierda de cuadro! Bajo la cabeza para ver si se puede ver la mancha de la segunda venida. Nada, aún estoy “limpio”.

Camino por la sala a paso forzado, apenas me paro en observar los cuadros; veo un grupo de gente admirando uno en concreto y me acerco. Un joven de gafas de pasta y pelo grasiento explica a un grupo de jubilados la importancia del arte y sobre todo del artista. Escucho solo unos segundos, me muevo al siguiente cuadro y noto como empiezo a correrme de nuevo. Esta vez no hay remedio, la cantidad de esperma derramada se filtra inevitablemente hasta llegar a la tela del pantalón, que para más inri es de color claro.
Pienso en salir de la sala y fumarme un cigarro, pero desecho la idea y opto por terminar de ver la exposición. El grupo me alcanza y el joven guía con pinta de voluntario universitario me mira para que me aparte o me una… y me uno a ellos. Me mezclo entre la gente y pongo cara de prestar atención. 

“Las ideas revolucionarias del artista se plasman con belleza desgarrada en estos lienzos temáticos que…” 

Una señora me mira el paquete, deja de prestar atención y se fija en mis pantalones. Me sonríe y saca un pañuelo del bolso. Me lo da y vuelve a mirar al cuadro.  

“En esta obra podemos ver el compromiso del artista con la sociedad y como pelea para rechazar los valores generales de…”

Sin que nadie me vea me coloco el pañuelo dentro del pantalón y me escapo del grupo. Me acerco a los dos últimos cuadros, un díptico horrible y mal presentado que no evita que me vuelva a pasar. Esta vez se me escapa un leve gemido que coincide con un silencio en la sala. Todos me miran mientras mi cuerpo se mueve a ritmo de convulsión. Noto el semen bajando por mi pierna izquierda. Es el momento de irse.
A zancadas grandes abandono la sala pero antes la misma señora de antes me para; lleva algo en la mano. 

-Se te ha caído el pañuelo. 

La miro con resignación y le doy las gracias. Abro la puerta de salida, enciendo un cigarro y empiezo a escribir en mi móvil.

“Señora delegada, la exposición es preciosa. Enhorabuena. Mañana tendrá el texto en su despacho.”

Empieza a llover, pero ya no corro para volver a casa, necesito recuperarme y dormir: mañana tengo otra exposición. Soy un eyaculador precoz del arte. Y crítico funcionario, para más señas. Mierda de vida.


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