viernes, 22 de abril de 2011

ANTES DE MORIR...(erotismo)

ANTES RECOMIENDO LEER... BUEN PROBECHO

¿Erotismo? Como puedo hablar de algo que ya ni recuerdo, que no se si he vivido o solo en sueños, en cuentos chinos, en relatos escritos por otros. Podría hablar del ansiaviva, eso si, EL ANSIA VIVA DE LENGUAVIVA ... pero ¿erotismo?

Me pongo las gafas y pienso. Se que no debo extenderme, en un blog no se debe. No es un libro. Pero no. Hoy dejaré volar mi imaginación hasta el orgasmo literario. No se si solo mío… o vuestro. Esta vez no lo haré en dos partes. El que se canse que no lea. Los demás que sigan el impulso irrefrenable de un orgasmo, esta vez figurado. No se si dejaréis de leerme a mitad del camino, como cuando uno se rinde sin conseguir el orgasmo deseado ¿os ha pasado? seguro que alguna vez. No se si lo deseáis tanto como yo…Tanto como aquellos dos jóvenes deseaban vivir. En aquel agujero regalándose su último beso antes de morir...

Caminan por el bosque, totalmente a oscuras, no hay luna, ¿bueno? ¿malo? Nunca se sabe. Bueno para no ser visto. Malo por no poder ver que se le avecina. Malo para no ver donde ponen los pies, incluso casi imposible de encontrarse entre ellos. De pronto un grito de los dos, casi al mismo tiempo. Una gran caída, entre matorrales. ¿Donde está? están en un gran agujero, escavado en la tierra. Magullados, exhaustos, golpeados y aturdidos por la caída, se miran a los ojos. Y se abrazan, con miedo a su alrededor ¿que es esto? ¿donde están?

Mientras tanto, en el agujero, consigue balbucear alguna palabra con ella. “No podíamos salir de nuestra cabaña, pero tampoco quedarnos. Uno a uno fueron matando a todos… a todos. Yo me escondí, pero también nos mataran. Estamos aquí para eso, para ser su alimento. He visto como entre varios devoraban a un compañero, como si de un pollo asado se tratara. Peleando por las mejores partes de su cuerpo. Delante de los demás, sin ni tan siquiera intentar pararnos. Se toman su tiempo. Conocen el bosque y somos un juego de niños para ellos...” un llanto impotente se apodera de él. Se rinde.

Un ruido fuera, se abrazan, esperan... Están aquí. Ya van a por ellos, ha llegado su momento....

Abrazados, tiemblan. Se miran. Sus caras de horror, de pronto, se relajan. Piensa, al menos, moriré abrazado a una chica. Igual ella. Su deseo consigue evadirlos de la situación y por un momento, un momento antes de morir, se rozan la cara, se aprietan los cuerpos, con miedo. Sus ojos transfieren la información necesaria para conocerse en segundos. Para desearse al momento. Sus labios… tan cerca. Ellos también están mirándoles ya, desde la boca del agujero. No piensan, en segundos morirán, pero antes.. un  tierno beso. Lento. Dulce. Susurrante, les hace olvidarse de todo. Un beso de amor indefinido, que perdurará en el aire, tras su muerte. Sus labios adolescentes, se funden. Como cuando un niño cierra los ojos antes de tirarse a una poza en el río. Como si pusieran la venda negra del condenado a muerte en sus ojos. Un beso venda. Un beso de luto ya.

El beso se torna, pasión y sus cuerpos despiertan, se aprietan con fuerza.  Ya deberían de estar muertos, pero les dejan unos momentos más. Y más. Más pasión. Sorprendidos, miran hacia arriba y descubren muchas frentes blancas y ojos grandes y negros observando embelesados la escena. Hipnotizados. Ocultas sus bocas, parecen más humanos… Y de pronto, se alejan. Tienen más comida. Les dejarán más tiempo.

Horas después, siguen abrazados. Sentados en el interior de una caverna aledaña al agujero. ¿Un refugio allí adentro? Escavado en la tierra, como si lo hubieran habitado antes. La tierra arcillosa del suelo, muy aplastada, casi hecha cerámica. Varios tronco, apuntalaban aquí y allí. Alguien más vivió en ese sitio mucho tiempo. Es definitivo.

Hablaban, hablaban abrazados. Sus manos enlazadas. Sus ojos esquivos. Avergonzados. Eran dos extraños momentos antes de morir y ahora....

“Por el momento, seguimos vivos” le dijo antes de coger su mejilla y acercar su boca a su frente. Esta vez no era un beso desesperado. Era… voluntario. Después de su frente besó sus ojos, su nariz. “me encanta tu nariz” le dijo, para arrancar una sonrisa. Sus mejillas blancas eran tan tiernas, tan suaves. Baja un poco mas y la mira a los ojos.

“No dejes de mirarme, no cierres los ojos”. Sus bocas se funden. Con los ojos abiertos, mirándose alerta. Solo se cerraban involuntariamente, cuando la pasión no les dejaba pensar....

Un golpe en seco les frenó. Cómo si un cuerpo muerto golpeara el suelo con fuerza desde lo alto. Se esconden todo lo que pueden. Con su cabeza en el pecho, escondidos el uno con el otro..... pasan segundos interminables. ¿qué pasa? poco a poco, comienzan a deshacer el nudo que se hicieron. Asoman un poco la cabeza fuera de su refugio.

Un gran bulto circular, atado, en el centro del agujero. Se acercan al rato, sigilosos, temerosos a sus trampas. Pero no, no hay nadie afuera. No se escucha nada.

Comienzan a deshacer nudos... una colchoneta envuelve mil cosas necesarias para sobrevivir. Antibióticos ¡que no falten!. Como saben las criaturas que las heridas pueden hacer que se les muera la comida. Comida, agua, mantas de abrigo… todo lo necesario para mantenerlos vivos. Hasta que les llege su momento.

“Quizás hubiera sido preferible que nos mataran, yo no quiero morir”- dijo ella.

“No pensemos más. Pensemos que estamos juntos de acampada, que tenemos un fuego, que pondremos las risas. Tienes que hacer un gran teatro, para ti, para mi… ¿si?”

Se quitan las lágrimas, ahora tú, yo. Sonríen con mocos en la cara y comienzan a preparar la zona de acampada.   

La comida, el fuego. Si, tienen hasta su fuego. Se curan las heridas. Se asean. Hasta ropa le enviaron los amigos. Que no les falte detalle.

Después de la cena, no saben si la última, comienzan de nuevo las confidencias. Ambos habían tenido sus experiencias. No sería una primera vez. Todas las primeras veces, son ... las primeras veces. No se por qué le ponen romanticismo a eso ¿alguna primera vez fue romántica? ¿fue bien? nooo, son un trámite que hay que pasar, para conocer la verdadera primera vez. La de la compenetración... la primera vez que lo sientes, que sientes que tu cuerpo convulsiona y que tu mente no está.  Que tus ojos no ven y tu alma… tu alma se funde con la suya. Eso no ocurre la primera vez.

Ellos ya tenían cubierto el trámite. No estaba asegurado el éxito pero tampoco
el fracaso, como la primera vez. A un metro del fuego… su colchón. Uno solo.

Sentados, sobre él, se miran de frente y poco a poco se abrazan. Ella abre sus piernas para sentarse sobre él.  Pecho con pecho, vientre con vientre, sexo con sexo. Convexos. Conbesos. Con muchas más cosas… Comienzan a desnudarse. Hace frío pero el fuego lo mitiga. A la luz de una lumbre, la piel adquiere muchos colores. ¡Que espalda tan perfecta la de ella!. Llena de lunares, lunas para él. Su pecho, pequeño, natural, lunas crecientes. Es muy joven.

Ella se quita la camiseta de un golpe. Tiene el pelo demasiado largo, casi melena. Muchos días de campamento ¿eh? el pelo cae, tras salir del agujero de la camiseta, pero antes, ese cuello desnudo, sin ropa ni pelo ni suciedad ni heridas… Es irresistible. Ella, lo besa mientras termina de quitarse la camiseta.

En su oreja descubre un anillo. Un pendiente de pirata, pequeño, que no había apreciado hasta entonces. “Me encanta tu pendiente” le dice. Es verdad que es sexy un pendiente en su oreja. Ellos se lo ponen para transgredir las normas. Pero luego, se encuentran doble premio. Mordedura con pendiente, atakkkeee mortal.

Desnudos sus pechos y sus vientres, el frío desaparece. Sus besos se tornan pasionales, mucho y a cada beso… un pellizco, un impulso eléctrico al estómago. Se podría medir. Cómo cuando te hacen un electro. Una ventosilla de esas justo en el esternón, detectaría el impulso eléctrico de sus besos. Cómo baja como un rallo hasta sus sexos. Sus sexos, palpitan. Despiertan.

“No dejes de mirarme, no cierres los ojos” el pudor de ella contrasta con los ojos de él. Su mirada se torna perversa, casi malvada. Y luego vuelve de nuevo él. Es excitante ver esos cambios de mirada. El primer cambio… al bajar su cremallera. Vuelve el adolescente, pero cuando ella toca su sexo, de nuevo esa mirada adulta, extremadamente malvada. Ella se excita, busca esa mirada, como si necesitara verla para confirmar que lo está haciendo bien. En medio, risas, bromas y miradas de complicidad. Si mantuviera esa mirada en el tiempo, se asustaría, pero vuelve una y otra vez a decirle, que soy yo, solo que estoy tan excitado, que no controlo mis gestos.

Desnudos por completo, sus sonidos ya no se pueden controlar. Menos mal que no están en un campamento de verdad, con casas de tela, si no despertarían hasta a los cocineros.

Todo el tiempo se dedica a ella. No quiere que se descentre. Solo quiere dedicarse a ella.

Ella le dice “¿y tú? “

”No pienses en mi, no pienses en mi. Yo solo quiero mirarte, mientras eres feliz”
“¿si? Ahora soy feliz aunque mañana esté muerta”

Continúan una y otra vez, tocándose, como si no fuera necesario nada más. Se tocan, llegan por separado, no a la vez. No como está establecido. Juntos al unísono ¡Nooo! ahora tú, ahora yo, ahora los dos… Tienen todo el tiempo del mundo. No tienen quehaceres, no tienen nada. Solo se tienen el uno al otro.
Y después de muchos, muchos incontables. Agotados..  exhaustos…  duermen. Pero antes de dormir, él se acerca y sin mediar palabra la penetra. Mirándola a los ojos. Sin ningún preámbulo… bastantes fueron ya. Sin nada de por medio  ¿para qué?. Si no llegaría a término. Morirán antes.

No pesa sobre ella, no entiende como lo hace, pero la deja libre para moverse y respirar. Despacio, lento, mirándola a los ojos, gesticulando, sonriendo, con la risa de un niño travieso. Comienza el final. Ahora sí. Ahora, cuando no se lo esperaba, consigue llevarla más allá de donde nunca fue. Llenarla por completo. Con su correspondiente orgasmo ¡como no!. El de los dos. No al mismo tiempo ¿por qué? Primero yo,  tú me miras. Luego tú, que yo te miré como convulsionabas. Los dos a la vez, no vemos nada… O si, qué mas da. Nada está escrito.,, 


CONTINUA EN... SIGUEN ALLÍ, VIVOS Y COLEANDO



6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. La verdad, empezó siendo una "típica" historia de terror, pero ahora... ahora le estoy dando bueltas al porque los dejaron vivir los "frentesblancas" jajajaja algo raro hay en ese bosque...

    Felicidades Lengua Viva, me has alegrado el viernesnoche.

    :)

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  3. Suscribo lo que ha dicho Alicia F. al principio era una historia de bosques, cabañas y jóvenes muriendo... ahora empieza la parte original y espero que continue! Quien sabe lo que les depara el destino a estos dos incautos!

    Los frentes blancas de ojos negros tendrán mas sorpresas para nosotros? :O

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  4. te imaginas que encuentran un arsenal y se vengan de tos! jajajaja

    Yo creo que no son incautos, son los protas no pueden morir!!!

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  5. mmmmm, aún no han muerto ¿no? si queréis, .... pueden continuar vivos, vivitos y coleando.

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  6. Que coleen, que coleen!

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