sábado, 16 de abril de 2011

FUE SIN QUERER LO DEL CASCO

Sin casco (1)


¿De qué te ríes, tontita?
No me hizo Praxíteles, ni Escopas,
ni fui esculpido por la mano de Fidias;
fue un campesino el que cogió un tronco en bruto
y me dijo: Tú, sé Príapo.
Pero ya veo que me miras y te ríes.
Debe parecerte muy sabrosa esta cosa que
se eleva como una columna entre mis ingles.

Poema latino acerca del dios Príapo 

Se hicieron de juguete los edificios y a la luna le faltó un bocado para no estar descompensada; rugían del terror las tripas y los dientes, pero todo cambió, ¡ah! cuando ella apareció. A mi espalda, bajo una luz cegadora, revoloteaba su cabello haciendo de su sombra semblante místico de dificil olvido. 

Un abrazo, sus manos rodeándome, su piel tan cerca... no eran píxeles esta vez, sino vientos palpables. Nos besamos, céfiros anclados, crucifijos blasfemos sonrientes por no haber despertado aun del sueño.


Un casco para dos, una anécdota más, risas, ningún llanto; solo un amigo en pijama, preguntando por los escarabajos peloteros.

lunas bocabajo
LENGUA at: 16 de abril de 2011 08:08 dijo...
FUE SIN QUERER LO DEL CASCO.
Menos mal que la poesía no es tuya, empecé a pensar que otra vez no te entiendo. 

Por fin tus letras, alto y claro, ahora si. 

Momentos extraños, como surrealistas las llamadas recibidas, un padre buscando a su hijo, una niña su corpiño ¿ corpiño ? si no tiene ninguno, a que se refiere, y para que lo quiere si se va al campo? Madre mía cuantos secretos. Cuantos secretos entre madres e hijas. Yo tengo un problema, no guardo ninguno para mi madre, y ella se cabrea.

Fue un reencuentro de dos amigos que llevan mucho tiempo sin verse, corte los primeros momentos, mil palabras y anécdotas que nos pasaron, en este tiempo que no nos vimos.

Ayer me diste carta blanca para hablar, y me dio miedo. Hubiera preferido un As. 

¿ Publicar a los cinco vientos, todas las cosas que siento ?

No mejor ya te lo cuento

Esta tarde con ¿ un café ?


Puntadas con hilo


Serán miles, las canciones que coincidirán y a cada instante, nos vendrá a la mente, esa banda sonora tan peculiar.

Por lo demás, yo tampoco doy puntá sin hilo... siete casas encendidas, siete farolas, siete horas, para mi ataque de corazón.
lunas bocabajo
LENGUA at: 16 de abril de 2011 08:22 dijo...
Las farolas de mi calle, las horas interminables desde mi respuesta, y las siete casas, las verás, y atónito quedarás. Todo esto es tan extraño. Tantas puntás con hilo, bordá me tienes.



Fumando


Tres de la mañana, faltan cuarenta para las en punto y me fumo mi último cigarro del día; cansado, exacto, exhausto, robado desde el punto más alto, devuelto a la tierra, esa que parece hervir, a punto de explotar fuego y roca, que se difumina tranquila hasta el negro olivo. 

Ya llega, huelo su perfume, oigo sus pasos marcar el territorio a golpe de tacón del siete. Arde su pecho, pelo, plácido; y su sonrisa me impide escribir cosas tristes, decadentes, estúpidas, hoy estúpidas. 

Se acabó el cigarro, cenicero lleno de noches en vela y sordera selectiva... faltan treinta y nueve para las en punto, las esperaré tumbado con los ojos cerrados de par en par.
lunas bocabajo
LENGUA at: 16 de abril de 2011 09:41 dijo...
Te la bailaré. Cenarás en casa.
Esto no se puede corregir, es un copia y pega, solo le queda añadir a esta lengua ...

Comienza de nuevo la cuenta atrás.


PD: me diste carta blanca ¿recuerdas?

1 comentario: