¿Tú sabes por qué
te quiero? Porque me quieres.
Y el que no me quiera
no lo quiero, aunque lo esté deseando.
Cada día necesito menos cantidad y más calidad, las personas que me rodeen han de dar mínimo lo que le dan, cada día mido más mi tiempo y dada día tengo menos y más personas que lo merecen para invertirlo.
Ya puede tener el mayor rango en mi vida, que si no me quiere, no lo quiero y
le niego mi presencia.
No me interesa que
me cuente su vida y mucho menos abriré la boca un milímetro para
contarle la mía.
Si no me quiere, por mucho que lo quiera, no lo
quiero.
No es venganza, es
justicia.
Jamás dedicaré ni
un minuto de mi existencia a una persona que me haya mostrado su
indiferencia, más si lo ha hecho repetidamente. Jamás felicitaré
para su cumpleaños a alguien que no lo haga cuando llega el mío, de
forma sistemática y porque es así de olvidadizo.
Devuelvo la misma
moneda, soy muy de ojo por ojo y no perdono.
Perdonar a una
persona por un gesto de indiferencia hacia ti, implica que pueda
volver a repetirlo. Lo perdonarás mil veces y mil veces volverá a
ser completamente indiferente con tu padecimiento, con tu alegría,
con tu dolor...
Ya voy para vieja, me quedan muy pocos minutos y los
conreo, prefiero tejer una bicha que me dan veinte euros.
Estas personas
“yoyo”, conmigo no tienen nada que hacer, porque en mi caso solo
los dejo ser yo una vez, si no aprender a decir ¿y tú? No les
saldrá la otra sílaba conmigo, no estaré para escucharla.
Yo, yo, yo, yo, mi,
mi, mi… será lo que escuches si eres buena persona, lo siento, soy
justiciera y vengativa, no me interesa tu vida, no quiero por nada
del mundo que sepas de la mía ni un detalle que no conozca todo el
mundo que lea a la Lengua.
Pero sobre todo, no
quiero animarte si estás triste, no quiero besarte si no lo mereces,
no quiero abrazarte ni dejar que huelas mi pelo, no quiero, por eso
te mato, no debes seguir viviendo de mi, solo podrás alimentarte de mis
recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario