lunes, 1 de mayo de 2017

OTRO PRIMERO DE MAYO

No mido mis años en primaveras, yo en primeros de mayo. Este año tuvo un sabor agridulce, no vino la Rafaela. 

No tenía ganas de ver a según que "amigos".

Siempre íbamos a ver a los amigos, pero, esta mujer que tienen ya setenta primeros de mayo hoy ha decidido sembrada de tristeza, ir al campo de mi padre a celebrarlo allí, lejos de algunos y algunas.

¿Qué la pasó a la madre de la Lengua? ¿Qué le pasó a la mujer que he visto luchar por los derechos de los vecinos del Polígono durante media vida? ¿Qué hizo tan deshonroso que merece el precio de los "amigos y amigas"? 

Presentarse  las últimas "Erecciones municipales"por sus siglas, las de siempre, las que a ella le parece que son las auténticas.

¿Qué hicieron estas bellas personas? No saludarla, despreciarla con su silencio en un acto que se celebró en memoria de las mujeres que han luchado porque nuestro Jaén sea una tierra mejor.

¿Paradójico no? En el mismo acto que se homenajea a las mujeres que lucharon, se hace entristecer enormemente a una de ellas.

¿Qué hago hoy yo? Recordar a todos estos amigos que ese día la repudiaron que hoy no ha podido acudir a su cita de todos los años por no verles las caras, que la próxima vez que mi madre esté triste un primero de mayo, me van a encontrar con mis propias pancartas, de esas que me gusta hacer a mí a mano alzada, y quizás algunas verdades se lean en el próximo primero de mayo.

¿Qué soy violenta? Pues claro, ¡con la lengua latigazos y con el puño en alto!

Nadie en este texto se dará por aludido si no es porque sabe que me refiero a ellos y ellas, a esas amigas y amigos de toda la vida que ahora reniegan de lo que fue su cobijo durante tantos años. Estos no se saben aquello de que no se le muerde la mano al amo que les dio de comer durante tantos años.

¡Retén tu lengua, Lengua!



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