Soy muy vikinga,
básica o llámalo Barranca simplemente, necesito vida cotidiana.
Algunas épocas de mi vida presente han sido de mucho viajar, mucho
disfrutar de la vida y poca guerra, poco trabajo y lo agradezco.
Los que me conocen a fondo saben que mi gran adicción es el trabajo, no solo por
hacer inmensas cantidades de dinero, mi sueño frustrado, poder
hacerme rica antes de los cuarenta, sino que sencillamente trabajar
me hace descansar. Descanso de pensar.
Para muchos puedo parecer una sufridora, pero es que simplemente me gusta por eso, trabajar, ganar dinero, comer y meterme en mi casa a disfrutar del descanso y el tiempo libre que me queda.
Los vikingos
pensaban que la fecha de su muerte estaba ya fijada desde su
nacimiento, solo podía cambiar la forma de morir. De esta manera el
miedo a la muerte era absurdo, solo esperaban que fuera en la batalla
para poder ir al cielo vikingo, que sencillamente era luchar, comer y
follar por toda la eternidad.
Si traduces luchar
por trabajar duro, ya tienes aquí a una vikinga convencida. Esperar
en casa a que llegue mi hombre o salir a luchar mientras él cuida de
los hijos, era indistinto entre los vikingos hombre o mujer, por eso me gusta serlo,
aunque todo quede dicho, sin miedo a la muerte que llevo desde chica,
a mí lo que me gusta es luchar en la calle y que cuando llegue a casa, alguien haya cocinado para mí una buena comida.
Perdón por tener gustos tan machistas pero ya sabéis que soy de pensamiento libre y lengua políticamente incorrecta y viva.
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