viernes, 2 de septiembre de 2011

HORUS


He conocido a un dragón joven, otro recién hecho, más joven y ahora él, Horus, un poco mayor que yo. Otro magnífico dragón, pero por su puesto más magnifico que nosotros pero menos, un poco menos que el que conocí en el tren, del que os hablaré un pelín más tarde, no porque  no tenga deseos, pero estoy esperando su enlace, me lo prometió, su mensaje gravado en video, y eso no depende de mi.

Como todo buen dragón, empezó joven, su inquietud le hizo bajar al sur, a por su luz.
Su luz como él dice, hace que la gente sea más feliz. Adora su tierra pero es gris, las nubes hacen que las personas sean grises aquí, por eso de vez en cuando sigue bajando al sur, por eso como ya tiene casa en Jaén, bajará a exponer, si cumple lo prometido, lo podremos ver. Su palabra es ley.

Y hablará de nosotros con sus dibujos, con sus tiras y vendrá a decir al mundo nuestras hazañas… si las hay.  Decidor de historias con dibujos un decidor escondido que nunca ha querido salir a la luz, hasta ahora, que bajará a la luz del sur.

Una vez cargado de energía, volverá a su tierra a seguir luciendo noche y día.

Porque hay muchos dragones aquí, que lo necesitan, y otras personas para los que ya es su guía, desde siempre, aunque él no quiera reconocerlo.

Porque en su trabajo sus compañeras lo buscan, para contarle historias con la excusa de que el las ponga en sus viñetas, pero en realidad lo hacen porque necesitan que él las escuche, porque necesitan su consejo, su opinión, su mirada, su serenidad. Porque se sienten perdidas cuando él no está, porque todas y todos necesitamos de tu luz, la del norte, la de siempre, la de nacimiento, la que se adquiere en ese barco pesquero, la que nos hace ser dragones a parte de ser personas,  la del miedo a la muerte, la que viste de cerca en aquél barco. 

NOTA: no terminó el retrato, mejor así.

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