domingo, 4 de septiembre de 2011

QUE MAL HUELEN MIS PEOS

¡ Qué mal huelen coño!
Si pudiera toser al mismo tiempo, disimularía el sonido, pero el olor, hoy imposible.

El sonido no se disimularlo, necesita entrenamiento desde la tierna infancia, y en mi casa los peos se tiraban y ya está. Con los eructos se contestaba Salud, y con los estornudos a veces se nos escapaba un Jesús.

Pregúntame Gañán, ¿Cascomío?

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