¡ Qué mal huelen coño!
Si pudiera toser al mismo tiempo, disimularía el sonido, pero el olor, hoy imposible.
El sonido no se disimularlo, necesita entrenamiento desde la tierna infancia, y en mi casa los peos se tiraban y ya está. Con los eructos se contestaba Salud, y con los estornudos a veces se nos escapaba un Jesús.
Pregúntame Gañán, ¿Cascomío?
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