lunes, 26 de septiembre de 2011

YO SOY SEGUN

Nadie es la misma persona si está con gente diferente. Yo soy una mala persona, con las personas que son malas. Soy una ordinaria o la mujer más tierna, cariñosa y educada.

Generosa o tacaña, pero no robaré nada.

Puedo decirle a alguien palabras hirientes que no olvidará en la vida o palabras y regalos de amor que guardará para siempre.

¿A que tú no eres el mismo cuando hablas con un amigo u otra? ¿Cuándo hablas con él delante o sin ella? ¿ a que tú no eres el o la misma en casa de tus suegros?¿o casa tus padres?¿o en tu casa?¿o con tu padre? ¿o con tu madre? ¿o con tus hijos?

No hay una persona igual siempre, a no ser que sea autista o algo parecido. No encuentro la palabra adecuada, no quiero ofender, no conozco a fondo el autismo.


En fin, imagina los cotilleos, son cosas que se cuentan según uno o una recibe. Ya eso es la hostia, parecen mentiras y a lo mejor no lo son. Tan solo cambiando el tono, sin modificar una sola de las palabras, puede significar una u otra cosa.

Una coma mal puesta, puede variar el sentido de una frase. Lo se yo, que he reescrito muchos textos y cada vez que leo cambio el sentido de una frase. He leido textos en negativo que fueron escritos en positivo.

Creo mucho en la propiedad conmutativa, si una persona mala, habla mal de mí, se convierte automáticamente para el receptor, en algo positivo. Cuando conozca la negatividad del emisor, convertirá en positivo su mensaje negativo sobre mí:

mensaje - + emisor - = mensaje positivo sobre mi = menos x menos = más.

Por todo esto, esta mañana les dije a mis hijos, no metáis cizaña; ver, oír y hacer.

Poco a poco, las palabras con los hechos se quedan en bragas.

Y cuando menos te escondes, cuando más actúas por igual, más te toman por loco, porque no es lo normal.

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