lunes, 5 de septiembre de 2011

MI BRUTALIDAD

No se si mi brutalidad erradica de mi nacimiento, de ser la única niña con tres hermanos, de los que debía una defenderse a puñetazos vivos, no limpios, porque no éramos limpios en las peleas, no jugábamos a boxeadores con honor. No.

Puede ser también que fuera por el barrio, muchos de mis amigos recibían también por parte de sus progenitores. Esto hacía que entre nosotros nos pegáramos de lo lindo, por el simple hecho de desahogar lo que no pudimos con el adulto.

No fue mi caso, nunca me pegaron, mis padres eran brutos, pero también de la asociación y aficionaos a la lucha. Desahogaban sus frustraciones con los políticos, no con nosotros.

Veíamos venir a la gente y por la cara ya sabíamos que les habían pegao ese día y que tocaba pelea con quien fuera o entre nosotros.

Bien, pues yo, de entre todos estos violentos era la más violenta de todos. Era el reto, el pique, la persona imposible de pegar. Nunca pegué la primera ¡que va!, conocía mi fuerza, no la física, la de mi seso. Entre mis amigos organizaban expediciones, para pegarme y yo les decía: 

- ¿Por qué? 
- Ha dicho fulanico, que a ti es imposible pegarte.

Una vez, me pusieron una recámara de la rueda de un coche en los brazos entre dos y me pegaron después de inmovilizada. Yo les decía con mi ojo negro y no me refiero al del culo:

- ¿Tas quedao agusto?

-No, así no tiene gracia- contestaron.

Yo creo que viene de familia, sé de un hermano que casi mata a golpes a alguien un día, dicen que fue para defenderse. No ha vuelto a pasar, todo el que lo conoce sabe que es la mejor persona del mundo y el hombre más tranquilo y bueno de la tierra, si no le pegan claro.  En su vida, pocas muy pocas peleas, pero esa le hizo ver de lo que era capaz y desde entonces ni una más.

Creo que viene de familia, porque el otro día lo vi en al Gitano Branco, no creo que le pegue nadie nunca. Un capón de su hermano, le hizo activar el resorte hereditario.

¡Como daba puñetazos al aire!

Agarrado del pecho de su hermano, me dio mucho miedo, ese pronto hereditario. Pero es cierto, que primero le pegaron sin razón un capón.

En fin, en mi barrio, me retaron varias veces, ya pegaba sin ganas, rutinariamente, para defenderme.

-¿Pero bueno… a ti quien te ha dicho que a ver si tienes huevos de pegarle a la Mamen?

-¿Pero tu estás tonta?” 

Daba pescozones con la mano abierta, pero pequeñitos, aunque tengo la mano muy grande.

- ¿Tú no ves que lo que querían es quedarse contigo, nena? ¿podemos ser amigas?

Lo fuimos después de mucho tiempo y nos reímos mucho de aquello y seguimos saludándonos cuando nos vemos.

Con el paso del tiempo, como hacían mis padres, yo también descargo mi frustración con los políticos, tampoco les pego a mis hijos, bueno, de vez en cuando un pescozón y muchos gritos. Pero con quien me pongo a gusto, a quienes pongo a cardo, son a los que están mandando.

He transformado mi brutalidad física en psíquica, no les pego de verdad, pero en mis reuniones, les llueven las bofetadas.

No se puede ser tan listo y tan tonto a la vez, cuando respeto a un político, es por que lo hace bien. Y si es que no, tiembla conmigo, que tengo una lengua que es tu castigo.

¿Que pasa con el muro? ya llegó el invierno, ya está lloviendo, Alcalde Fernández de Moya, ¿no esperará que se caiga? ya lo dije una vez, que tiene usted una rima muy fácil.

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