SALUD

No sé de que me quejo yo en la vida. Hay personas que leyendo mi libro piensan que ha sido regular tirando a mala, pero es solo en apariencia, yo tengo otra vara de medir.

Tengo un trabajo bien remunerado, para lo que hago, menos merezco.

Tengo a mis hijos encaminaos. Solo le pido a la vida que sigamos así, luchando por quitar la mesa cada día, gritando por que hagan sus camas y llorando para que me ayuden a doblar calcetines. 

Otros tendrán hijos más ejemplares, también tendrán mejores padres supongo, para mí, son los mejores con la vida que han llevado y los valores que les he transmitido.

Tengo siempre un par de tontos o tres que me hacen la vida más divertida, no me falta el cariño. Yo los dejo vivir su vida y vivo la mía, no hay más remedio, garrapatas no somos.

Tengo amigos, más de los que quisiera, no puedo atenderlos a todos, pero saben que yo estoy ahí si me necesitan y para de vez en cuando unas cañas, que mucho no se puede salir con lo que está cayendo.

Pero sobre todo, sobre todo, sobre todo, lo que más miedo tengo a perder en esta vida y lo que creo es más importante con diferencia de todo absolutamente, es la salud. 

Salud para mí y para los míos. A partir de hoy ya siempre saludaré así: ¡SALUD! 

Ayer moví chinos y tierra a espuertas y hoy ya he andado una hora a toda pastilla.

Mis hijos, están maravillosamente sanos y Dios que si existe y es la naturaleza, no quiera que esto cambie. Contra todo lo demás puedo, sea cual sea el obstáculo a saltar.

Cuando la gente habla de la falta de amor y dinero, siempre dicen con resignación:

-          ¡Pero nos queda salud!

¡Marcancetedé!

Yo sinceramente, si creo que es lo que en esta vida hay que cuidar y mimar, para poder seguir viviendo con calidad y hacer miles de millones de cosas que nos quedan por hacer.

Yo, me cuido, aunque eso ya sabemos que es una lotería, a lo mejor me toca vivir la falta de salud, pero al menos, mi conciencia quedará tranquila. 

No me lo busqué yo. 

LVM