jueves, 9 de junio de 2011

NO ME PARECE ESPERAR

“Ya se verá... ya se verá.... no, no me parece bien esperar “ le susurra al oído mientras mordisquea su oreja.

“Espera, espera, espera...”

Le da un abrazo por detrás, cuelgan sus pies. En segundos están en el aseo pequeño de la terraza, alejado del resto de la casa, pero no aislado.

“¡Qué vergüenza! ¿Que hace?”

Otra vez sus ojos, maliciosos... su sonrisa... conquista solo con esos dientes.

“Si me muerden sus labios me muero...”

Suena la puerta, ¿qué ocurre?

Él hace el sonido de un vómito, mientras sonríe y se tapa la boca como un niño chico. No puedes evitar reír con este hombre, ¡que cosas tiene!. No ha crecido, es un gatillo abandonado buscando ¿cobijo?, o un perro golfo, buscando hembra…

Abre la puerta y le dice a su madre:

“Suegra, está mal, ya se le pasa yo la atiendo ¿vale? ¿O no confías en mi? Si... no la dejaré sola, le da vergüenza que la veas así, son cosas de mujeres... “ un gesto de complicidad le indica...

“¿No estará ....?”

Cierra los labios en gesto de duda, entorna los ojos y sube los hombros mientras desvía la cabeza....

Una sonrisa confirmadora en la madre, hace que su alegría se vuelva tranquilidad y los deja a solas. No sin antes darle una palmadita en el pecho... de complicidad.

“Vamos, vamos, no pasa nada, anda, vamos a dar un paseo, que se queden solos… que se apañen.”

“Eso… dice tu madre que nos apañemos.. ¡Habrá que hacer caso a su sabiduría...!”

“Le has hecho creer que estoy... eres... como eres, después se desilusionará...”

“Bueno, eso será mas tarde, ahora… tengo que curar tus mareos, ¿que prefieres?, almax, bariargil... dime...”

Mientras le da la espalda alza sus brazos para alcanzar el botiquín del baño, se alza la camiseta y deja ver un trozo de su espalda, ancha, fuerte... provocando siempre este muchacho. Antes de abrir la puerta, de estas con espejo, una última mirada... ¿respuesta? un abrazo, es imposible resistirse a sus encantos. Sus manos navegan por su vientre... el pantalón le queda ancho, esa dieta, comienza a dar sus frutos.
¡Que facilidad, para esas manos...!

No estaba preparada, para nada. Su ropa interior sexy quedó en el cajón, comía con su madre ¿recordaís? Nada podría prever que todo terminaría así.

Un abrazo de golpe, por detrás, respiraciones entrecortadas,

“estamos en marcha cielo”

Ya no hay quien pare esto. De golpe, la falda al suelo sin cambiar de posición, coge su culo por detrás, ¡que manos mas poderosas.

Sus braguitas de algodón deportivas, se quedaron a mitad, un poco anchas por la goma, holgadas, dejaban el hueco entre sus nalgas y se veía perfectamente su sexo salir por ambos lados de la telilla, diminuta y suelta.

Podía apreciar su vello púvico asomar por todos sitios, gomas dadas de sí que hacen que parezca la mujer mas sexy de la tierra. Nada de tangas ni de conjuntos
de colores homogéneos y detalles repetidos en ambas partes. No… una braga deportiva, cómoda y vieja... es increíble, todo en ella le provocaba.

Están frente a frente, se escucha ruido en casa, aún no están solos, en silencio, más provocación. Él sube su pié para que repose en la tapa del water, no hay tela de por medio cuelgan sus bragas mientras se retira el resto de la ropa interior. Y de un golpe certero.... están unidos como deseaban ambos.

Tocan la puerta,

“¿estas bien niña?”

“Si mamá” – articula a duras penas- “no te preocupes, estoy bien.”

¡Y tanto, que lo está!. Besos con sonrisas, risas malcriadas,

“siempre haces conmigo lo que quieres, desde el principio...”

Mientras tanto, la niña, cada día mas mayor, se prepara en el baño principal, para pasear con su “abuela “ “no lo era pero cuando se conocieron, un bebé encantador de grandes ojos negros la miró y a partir de ahí, es como si a diario esa niña hiciera méritos para ganar la partida a la sangre.

* Son palabras que recuerdo, dichas por mi abuela... ata cabos, si me lees, ata cabos.

En el baño se acicala la niña, pronto será una mujer, mientras la llaman para sali ...

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