Aún recuerdo hace un año, la desorientación y la soledad. Sola… sin poder hablar.
Meses, meses y más meses en el corredor.
Todos tan cerca, tanta gente a mi lado y yo… tan sola. Continúo con mi apariencia de normalidad, aquí no pasa nada.
Plastificada y muerta, tragando la comida a duras penas. Escupiendo hasta la tortilla más tierna. Pucheros camuflados con juegos y sonrisas…Llorando por dentro.
Teniendo la misma sensación vivida, “¿seré yo la confundida? ¿Será que no es para tanto?”
Hoy, salí del corredor, me sentenciaron a vida, fui condenada y dictaron mi sentencia. Sentenciada a favor, a ser libre y canto, aunque parezca que canto con pena, solo tengo miedo, miedo a la vida.
Podría poner mil millones de cosas más, pero es que tres amigos vinieron a verme, que se han enterao de lo de la sentencia y tengo la nevera llena, un vino del 2007 que caerá esta noche, que me hagan las parmassss.
LIIIIBREEEEE,COMOOO LOOSSSS HALCONESSSS
PD: He cantao, pero no se volcarlo aquí. Cuando aprenda, lo pongo.
enhorabuena y bienvenida a tu nueva vida... que la disfrutes...
ResponderEliminar¡Cómo te comprendo...! No lo sabes bien. Pero es que a mí me sentenciaron hace casi dos años ya... Yo también me sentí plastificada, muerta y además "culpable" (lo que quisieron hacerme sentir), pero hoy estoy viva, más que nunca, y ese sentimiento de culpa desapareció para siempre. en SENTENCIADA A VIDA
ResponderEliminarchari, palante, tozuda o cabezona, como quieras llamarlo, encabezonás en ser felices, eso es, además de parecer
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