lunes, 16 de mayo de 2011

NADIE ME TOMA NUNCA EN SERIO

Necesito descansar de pensar. Por eso hago este copia y pega, de mi libro... POR SI ME MATO OTRA VEZ, hoy necesito el trabajo físico y no pensar….

Lo escribí tras un accidente de coche casi mortal hace 10-12 años. Otro día os lo describiré, o quizás esté escrito en mi libro, copiaré y pegaré, o no, no se si os lo contaré...

NADIE ME TOMA NUNCA EN SERIO.

Siempre me pasa igual, nadie me toma en serio, podría contar mil casos, incluso podría invitar a todos los científicos del mundo mundial y tampoco le encontrarían explicación.

Como aquel día que la Luci Fer dice, “hoy es mi santo” – y todos se levantan se la comen a besos y todo lo demás.

 Voy yo y digo: “¡Mira! y también es mi cumpleaños” – no se levanta ni Dios.

Y en lugar de besos, risas. Pero no pienses que eran risas normales, eran risas de las que te ponen de mala leche. “Anda si, también es tu cumpleaños” - decían - “y ahora voy y te doy dos besos”.

Como si para mí fuera necesario que me pegaran unos pocos besos, no me había acordado en toda la mañana y no necesitaba manifestaciones de cariño o de compromiso. A mi las manifestaciones de cariño son las que se dan porque si, ahora voy y te pego un beso aunque no sea tu cumpleaños.

Pero ¡!! Leche, es que era mi cumpleaños!!

Aquel día me pasó igual, todos se rieron con la risa esa que me pone de mala leche y todo porque dije: “compañeras, ¿alguien tiene una compresa?”.

 “Ala, después de ocho meses ¿ahora te acuerdas?” – dijeron.  

Yo creía que lo que tenía era un poco de incontinencia propio de la presión que “el bulto asqueroso”, sin ánimo de ofender a sus ocupantes, ejercía sobre mi pobre vejiguita. Y les pedía algo que necesitaba y mientras ellos se regocijaban y cachondeaban a mi costa. A costa del mal rato de la que ve que se le escapa y que no puede evitarlo. Haciendo el ridículo y se le escapa…

En el otro lado todo el mundo partiéndose el culo a mi costa, hasta un cojo montado en su silla de ruedas se cachondeaba de mi, como dijo el borracho: “Mira que gracia, pero a mi se me pasa y a ti no”.

Y mientras se reían, me di cuenta que no era necesario, que no me serviría de nada, la cosa no tenía remedio, aquel día, a las tres de la tarde, tras terminar mi jornada laboral había comenzado, ocho meses después de mi mal volunto, “habíamos roto aguas”. Los tres llamamos al coautor de los hechos con el que ya estábamos cuatro.

Solo cuando me vieron llamar con cara de acojone y más  blanca que un folio reciclado, me tomaron en serio. No se si te lo he dicho, pero nadie me suele tomar nunca en serio.

Había llegado el momento, estábamos a solas los del bulto y yo. Es curioso como hay mujeres que presumen de feministas e intentan describir el parto, como embrutecedor, opcional, salvaje y no necesario.

Para mí, el parto no solo es algo necesario para la mujer que lo necesite. Solo estaremos realmente liberadas cuando podamos parir cuando queramos, no cuando nuestros estudios, trabajo, cebollas e hipotecas varias, coche e incluso una buena decoración nos lo permita.
El día que las mujeres paran cuando le salga del chisme, con o sin trabajo, con o sin hipotecas, e incluso con o sin hombres, es cuando realmente estaremos liberadas.

En mi parto me lo pasé en grande, ocho horas de dolor para unos pocos segundos de placer, otra vez el número ocho… también habría podido decir unos minutos de placer para ocho meses de dolor.

Esos minutos, cuando todo se termina, después de tantas horas, son lo más excitante que jamás se han inventado. Si se podría vender en un frasco esa sensación sería la droga más cotizada del mundo. Y encima yo con levantar un dedo, dos donuts.  Dicen que soy masoquista, pero yo pagaría por pasar otra vez por ello, solo que después las consecuencias son para toda la vida.

2 comentarios:

  1. Me gusta. ¿y el resto del libro? Me he quedao con ganas de más...

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  2. En el libro, les hablo a mis hijos, de mi infancia, de mi cerda BACARISA, que era mi poni, de mis experiencias, hasta que los conozco a ellos. El parto, es uno de los últimos capítulos, después, me han pasado mil cosas. jajjaa. Es un libro interminableeeee. Bueno, hasta que me muera y ponga FIN.

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