Pues bien, así hice ayer. Peleilla … zapatilla. No me escuchas… toma, ¿pica? Eso es lo que hay.
Me dices voy y no vienes ¿si? ... zapatilla.Con quince años, en plena adolescencia, y mira mira, como me escucha, ¡estoy en la lucha!.
La primera,¡ sorpresa !. No lloraron si quiera. La segunda risas, si tu ríete pero ¿ a que pica? Y al pasar la tarde, empiezan a escucharme, mmmm, esto funciona. No les pego en serio, no puedo. Pero la zapatilla, pica, pica, como un juego. Jajajaj. No grito más, gracias Carmen, con la zapatilla les meto. Jajaja, ¡como se les pone el culo rojo!, se ríen pero ya no hace gracia. Ahora solo me río yo.
Jajajaja esquizofréinca no voy a terminar. Jajaja, la zapatilla me va a salvar.
¡SE ACABÓ TANTO HABLAR! ni pollá.
¡SE ACABÓ TANTO HABLAR! ni pollá.
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