jueves, 14 de julio de 2011

LA PUTA MADRE

Un día vinieron de la guardería muy contentos.
- ¡DE PUTA MADRE! - con media lengua decían.
- ¿Eso es bueno o malo?
- No se -  contestaron.

Os contaré un cuento, para que sepáis si es bueno o malo decir de puta madre.

EL CUENTO DE LA PUTA MADRE

Érase que se era, una niña de pequeña que quería ser  enfermera.

Sus padres la alimentaron, la amaron y la hicieron crecer feliz. Estudio con ilusión lo que era su vocación. Saco buenas notas y trabajó. Salvó vidas de niños y niñas, y su satisfacción se mezclaba con tristeza cuando en alguna ocasión no lo conseguía. Érase que se era, una niña enfermera.

Érase que se era, una niña que de pequeña quería ser carpintera, pero terminó estudiando informática. En mayo terminó y en junio comenzó a currar. Veinte años trabajando, aprendiendo y viviendo. Sonriendo y llorando. Trabajando y cobrando.

Érase una niña, que no sabía que quería. Primero dependienta, después limpiadora y así fue pasando de profesión hasta que se centró. Pero sus padres la querían y la mimaban y en cualquier curro la animaban. Era feliz, aquella niña perdiz. Y por limpiar le daban dinero con el que compró casa, comida y un futuro para sus hijos e hijas.

Y por último nació una niña que siempre escuchaba riñas. Entre golpes y trifulcas fue malcreciendo, por ahí, viviendo. Porque hay que vivir, con poco que comas y respires. Su padre bebía, su madre lloraba y en ella era lo último en lo que pensaban. Todas las profesiones le gustaban. No estudio nada. Nadie la mimó. Ni la crió. Ni la acunó.

Un día, heredó el negocio familiar. Su padre le presentó al hombre de su vida. Recibió un poco de cariño, le hizo un guiño y un niño. Una vez amarrada: bebía, fumaba y todas las cosas malas que entraba tomaba. Le hacia olvidar cual fue su profesión al final. Su trabajo consistía en besar a viejos barrigones, con olor a sudor y orina. Babosos. Para nada cariñosos. Ellos le daban dinero con lo que compraba comida, y así es como esa niña, alimentó a su niño. Era puta y era madre, era LA PUTA MADRE.

“¿Diréis más veces esa palabrota? ¿es buena o mala?”
Antes de decirla pensar en ese niño o niña, hijo de la PUTA MADRE, con los ojos tristes de pena y la cara gris de hambre, el pelo rubio de falta de alimento. Su madre no le puede dar cariño, no sabe como es, no lo encontró. ¿Cómo puede uno buscar un gamusino, si no ha visto nunca uno?

¿Sabes porque yo se como era el niño o la niña? Yo no vi nunca un gamusino, pero si me crié y jugué en mi barrio, con un niño y una niña y sus hermanillos pequeños.

Hijos todos de una puta madre, a la que adoraban, a pesar de que ella nunca los mimaba, ni los cuidaba. Nunca los lavaba. Por eso todos los llamábamos de una forma muy fea, que quiero olvidar. Pero nunca los insultábamos llamándoles hijos de la puta madre, porque eso era demasiado cruel. Los niños son crueles, pero no tanto.

CONTINUACIÓN DEL CUENTO PARA MAYORES DE TRES AÑOS.

En mi mente guardé, mil cosas malas que no se le pueden contar a un niño, mi cuento continuó en silencio. En mi cuento la agredían, la violaban y mil aberraciones más pasaba. Fatiga de esta chiquita hasta el día de su muerte. Asesinada. Tirada en una cuneta, nunca reclamada. Al final, hasta descuartizada, en pro de la ciencia.

Las hay también que eligen, las putas de lujo, pero son una ralla en el agua. Todos conocemos la película, a mi modo de ver hipócrita, asquerosa y propagandística.

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