Tengo las manos muy grandes. De pequeña ganaba todos los cromos de la plazoleta sin esfuerzo, por lo que nadie quería jugar conmigo.
Juntaba a diario los cromos de toda la plazoleta, una caja de zapatos llena.
Hasta que un día encontré la solución.
Asomada a mi balcón llamaba a las chicas con todos los cromos en las manos y los volaba mientras a grito pelado decía:
¡AROÑAAAA!
Así tenían cromos todas, las que podían comprar y las que no.
Sigo tirando "aroña", no guardo ni un cromo. Lo mejor de todo es que por más que tire, con solo dar unos palmetazos en la mesa me devuelven el doble.
LVM
Que verdad as grande. Cuanto más das, más te devuelven. Si todo el mundo supiera eso.... todas las personas seriamos ricas.
ResponderEliminarNo lo saben porque no dieron, no se merecen devolución.
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