Ahora lo se.
Yo conectaba con gente mayor que yo, por lo menos 10 años, saltaba una generación. Amigas que a su vez tenían hijos, 10 años por debajo de mi.
Ahora ato cabos y recuerdo comentarios, piropos de los niños a sus madres, no a mí ¡que va! no se atreverían. Gestos de pudor cuando les tocaba una mejilla o les aplaudía una gracia. Ahora se que ellos no me miraban con los mismos ojos.
Nunca me vi guapa, ni me veo. Siempre procuraba quitarme de las fotos, ahora no.
Cada vez que veía mi reflejo en el papel, me reconocía vieja, apagada, acabada… agotada.
Creo que era así, en realidad lo era.
Hace poco alguien me dijo que estoy mejor que antes, pero no antes del divorcio, mejor que antes de conocernos. Nunca me vieron así: Estaba consumida, parasitada, dormida, agazapada en vida… muerta.
Mis pensamientos se centraban en muchas cosas, en muchos y muchas, pero no en mí.
Yo nunca estaba entre mis prioridades, ni siquiera cubría mis mínimas necesidades, solo vivía para los demás.
Ahora, sigo viviendo para y por ellos, pero también por mí. Y eso les hace crecer y valorarme más que antes.
Me dices que te suena mi cara desde el principio. Coincidimos en lugares, lo se. Yo tocaba tu mejilla, reía tus saltos al agua, aunque jamás te miré como tú me mirabas, como ellos me miraban.
Siempre me mezclé entre los niños y niñas, por voluntad propia, porque encontraba en ellos mi igual. Siempre pensé que todo país debería formar un órgano, como el Senado, mejor que ese que no sirve para nada, donde los niños y niñas, ante cuestiones importantes dieran su opinión, sabia y sincera.
Que lo pienso en serio, que nunca miento.
Hace poco ocurrió de nuevo:
“Mamá, es que estás tan guapa que fulanico te quiere. Te mira fijo”
Me abruma saber que me quieren, sea como sea, siempre los protegeré.
Ahora recuerdo también otro comentario de un muchacho en Córdoba, en un campamento de adolescentes, quizás él lo recuerde también. Quizás le suene mi cara.
En nuestra fraternal despedida, recuerdo sus palabras “siempre buscaré a alguien como tú” o algo así. Algo como, esperad… que intento recordar. Recuerdo que sentí pudor y le quité importancia. Fueron palabras muy limpias y bellas.
“Tú tienes algo que los demás no tienen”
“Tú también lo tienes, tonto, todos lo tenemos”
“No, no es cierto, solo tú”
Digo mucho tonto, lo siento, tengo que quitarme ese vicio. Se que no te gusta, tonto, pones cara de cabreo, aunque últimamente tu cara suena a broma y resignación;
TONTORRÓN.
Ahora lo se, tu también lo tienes. Tienes manto. Conexión Avatar con grandes y pequeños, con viejecitos y recién nacidos, con humanos y animales. No me gustan los perros, que conste, pero yo se que a ellos les gusto. Todos mis perros, me buscaron a mi como “macho dominante”, aunque no me guste.
“¿Quién eres tú? Veo en ti a un igual… ¿Seremos extraterrestres?
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