sábado, 14 de enero de 2012

EN LA CRESTA DE LOS NERVIOS

Sus nervios en cresta,
su piel de gallo
en un círculo cerrado
todos libres jugando.

¿Beso, atrevido o verdad?

En el círculo de amigos,
entre todos estás tú,
despiertas el ansia en mi ombligo,
solo tú.

Necesito esa ansiedad,
en todo lo que hago,
y si hago el amor, más aún,
si no no lo hago.

No puedo hacer sexo, solo eso.
Me aburro, no siento.

Debo escuchar el tono de mi móvil,
y  pensar  siempre que eres tú.

Debo abrir la red buscándote,
debo esperar si te veo que me hables,
y si lo haces, si me hablas,
me quedo loca escuchando tus palabras.

Ese día el juego traducido al lenguaje de adultos, pacto de silencio en aquella noche, ninguna pareja jugando, no se traspasan los límites de la cordura, no sería divertido.

No se daña a nadie. Nadie debe buscar si ya tiene, nadie encontrará si antes no queda limpio de sentimientos por amores perdidos. Limpios todos, comienza el juego.

¿Beso, atrevido o verdad?

Atrévete a inmovilizarme.

Y gira la botella ¿chica y chica? El resto mira. Pelea de chicas, amigas, con bocados, apretones, y muchos cojones.

- Vale, vale, me rindo.

Otra vez la pregunta, esta vez para ti, eliges beso y gira la botella. Yo, yo, yo, yo, que me toque… no tengo suerte para nada. Tengo que observar como te acercas y la besas.

Un millón de sentimientos explotan en mi estómago, rabia, coraje y malos pensamientos.
Ojala que sepa a ajo, mmm a mi me daría asco.

Otra vez la pregunta, se lanza, esta vez al aire

¿Verdad que en tu vida nunca lo hiciste con alguien que no tuviera límites ni tapujos?

Respuestas de todo tipo, sinceridad sobre todo, y al llegar mi turno a mi modo, digo:

“Si que lo encontré, un día,
pero sabed compañeros de juego,
que yo dejé cosas escondías,
que aún no encontré al hombre que libere toda mi energía,
mi imaginación.

Que se atreva a todo conmigo, solo conmigo… amigos”.

Esta vez elijen atrevido:

“Que se atrevan dos personas,
las que elija la botella,
por el culo y por la boca,
a provocarme un rato,
a ponerme loca y comerme la boca”.

Y así fue.

Y toca chico y chica,
el afortunado un amigo,
que divertido, yo miro.

Y a mitad de juego, cambiamos las posiciones, chico, chica, chico, chica, y a ver donde gira la botella. ¿Al cuarto oscuro? Me tocó, pero no con el hombre que deseo, no tengo suerte lo siento, y cuando quiere el afortunado recoger su premio, te miro con cara de lástima, me entiendes, te levantas ¡se acabó el juego! Yo me la llevo.

- ¡ Fullero, fullero, tongo, tongo !… todos gritan.

Una vez en el cuarto, las aclaraciones sobran, pero es mejor que ese silencio, preguntas para romper el hielo.

     - ¿Pusiste carita de no querer con él?¿Querías conmigo, o solo me lo pareció?
    - No se muy bien que me pasó, solo quería librarme de él.
    - ¿Entonces yo?
    - Tu estás aquí, ¿no?

Hablaban sentados sobre la cama,
no hay luz en la estancia,
abren al máximo sus pupilas para poder adivinar,
pero sus miradas se rinden y solo les queda tocar,
palpar, intuir y confiar.

Hablan y hablan, tocan y tocan: “pues yo cuando te conocí, pensé…”.


Aclaran de antemano, que no hay compromiso en el juego,
son niñerías hay que ir creciendo.

Y están jugando a que siguen jugando y pasan la noche hablando.

Todos se van sin decir adiós. Todos suponen que entre ellos ocurría lo que ha de ocurrir en estos casos. Pero no fue así. Una larga noche, donde se fijaron las normas antes de empezar esta nueva sociedad, la de los dos.

Muchos errores anteriores, les hicieron aprender. No hay prisas, no hay compromiso, ya nos vemos otro día. ¿Si? Y cuando se prepara para salir por la puerta ella lanza otra pregunta:

     - ¿Beso, atrevido o verdad?
    -  Beso – contesta.

Y se acerca lenta, clavada en sus ojos, buscando el anisas que necesita. Ella ve como su cara se descompone, él le tiene hasta miedo, no sabe si estará a la altura y ve todo lo que se le viene encima. Solo queda la respuesta de sus labios, sabios detectores de química y deseo. Y mientras se va acercando, mientras se acercan sus labios, sus ombligos, sus corazones se van acelerando.

-    Como te pones.
-    Como me pones, tú.
-    Si no te di ni un beso.
-    Es lo peor, que lo espero.

Ella no se decide, sonríe malvada, como le gusta llevarle al límite, ¡qué mala!
Él saca valentía, la poca que le queda, agarra sus caderas y la aprieta.

-    ¿Ahora qué? ¿probarás mis labios a ver?
-    ¿Despertarás mis ansias, a ver?

Es fácil conseguir que al principio estés pendiente de mí,
cansino, divertido… pero solo al principio.

Y es que si no eres cansino me aburro.
Ya te lo digo y redigo.
Yo primero he de saber si quiero contigo.
Después de cansinear, dos opciones ocurrirán.
Que me canse en poco tiempo o que me vuelva cansina.
Esta nena, cansinea  a besos, abrazos y da mucho el coñazo.
¿Qué has comío?
¿Qué te han dicho?
¿Por qué no sales?
¿Para qué te encierras?
¿Te vienes o me voy?,
esta loca cuerda,
no para de girar
a gran velocidad.
Si te acercas a ella,
te vas a marear.

-    Mira que hablas nena, mira que eres cansina ¿ya del beso ni hablamos?

Y sonríe a dos centímetros de su boca,
para de hablar y lo toca.

Y se acerca más y más.

Y roza su nariz, roza sus párpados
y comienza a notar su tierno abrazo,
su beso susurro, la humedad de sus besos,
el comienzo de su lengua,
el calor de sus labios,
o la frialdad de los míos,
al menos al contacto,
hay contraste que no es poco, y se acelera todo.

Ya amaneció y sus manos se afanan por tocarlo todo.
Como cuando en los museos hay un cartel de no tocar,
yo toco y si no me pillan ya está.

Y se tocan y se desnudan y se miran y se ríen
y comienza una nueva historia libre,
libre de amores viejos, libres de complejos, libres y en pelota,
como dos niños chicos, que se bañan en el río, frío,
para nacer a ese nuevo amor.

Otro nuevo.
Otro más, y otro vendrá detrás.

Este será mucho mejor, aprendiendo del ensayo, error.

Ahora son más listos, ahora valoran,
pedir y esperar, y no aguantar.

Hacía frío hace rato, ahora no necesitan nada,
el amor se hace y nace,
nació aquella noche,
con un juego tonto,
acabaron estirados a todo lo largo,
en la cama desnudos, apretando.

Cuerpos, lenguas revolviendo sexos,
deprisa, despacio,
dulce y lento,
fuerte y hambriento.

Comiendo, comidos,
y todo muy lento,
un rato juega conmigo,
jugar contigo horas y horas,
sin mirar esfuerzos ni otras cosas.

Sin tapujos, sin tabues,
sin fuerzas quedaron dormidos,
abrazados su pasiones desataron,
y al despertar una pregunta más.

- ¿Y mañana?
    - Desayunaremos juntos, y nos iremos a las rebajas, o al campo, o a comer de tapas, o a tu casa o a la mía, pero esto aquí no se termina.

Esto empieza bien, normalidad y poca convivencia, eso es lo que necesito, tú tu vida, yo la mía, pero sacando ratitos que sean muchos, todos, todos, los posibles.

Pero no el olvido un día tras otro,
tanto por mi como por otros.

Olvido, olvido, no juegues conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario