miércoles, 11 de enero de 2012

YO DE MAYOR QUIERO SER GIGOLOBA

Y la vida te enseña, que lo que te enseñan, no es lo que te hace feliz. Una relación estable, una persona a tu lado siempre, eso, no es placentero. La convivencia, los años, los cuernos y demás, hacen que tu vida no sea feliz. Una persona en exclusiva para toda la vida te impide conocer otros hombres maravillosos y los malos. Porque si no conoces hombres malos, de los que no merecen la pena, ¿Cómo puedes diferenciar?

Dar la exclusividad hace, que no puedas atender a tus obligaciones familiares, a tus amigos, a tus aficiones… o sea todo lo que realmente te hace feliz.

A su vez, esa persona siente lo mismo. ¿No es mejor que seamos felices los dos?

Tu por tu lado, yo por el mío.

Ahora que soy mayor, ya tengo cuarenta de talla y de edad,  ya se lo quiero ser, gigoloba.

Ya estoy madura para distinguir, ya tengo mi vida hecha, me toca ser gigoloba y comer muchos corderitos. Tiernos corderitos, cientos de corderitos, porque puedo, ¿para que comer cordero viejo? Si los corderitos vienen a mi lado sin esfuerzo. Si no engaño a nadie, si se lo cuento.

Pero cuidado advertencia a los hombres malos:  tengo un escáner que os detecta, abstenerse de acercarse a mí, que soy muy vengativa. 

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